Se murieron las Palabras
Se murieron las
palabras...
...Un día, temprano en la mañana, abrí el
diccionario, todavía era de noche, comencé a ojearlo y me percaté de que las
palabras estaban muertas, podía leerlas, podía entenderlas, pero estaban
muertas, ya no me transmitían aquella fascinante vida que alguna vez
sentí. De repente escuché a mi ángel de la guarda, cantando un
hermoso réquiem por las palabras, habían muerto las palabras, estaban muertas
(había mucho luto) y de repente sentí que la gente no lloraba, porque no lo
sabían. Vi el Libro Sagrado, lo apreté entre mis brazos y no quise abrirlo, me
dio mucho miedo abrirlo... porque no sé qué podría suceder... Se murieron las
palabras... Entendí que ahora solo queda darle paso a la expresión de
sentimientos superiores, puros de pura pureza... expresados de nuevas y mejores
maneras, aunque todavía tengamos que seguir siendo esclavos de las palabras...
palabras humanas que están enterradas y que reclaman una
resurrección pronta y necesaria, más allá de lo que podría entender cualquier
mamífero superior... palabras humanas y perfectamente inteligibles... a través
de las cuales me comunico con la Vida y la Vida... se comunica conmigo...